Todo lo que dijo la dueña de Polo: “Siento el dolor de ese día; ya no tengo ganas de estar en este mundo"
Mabel Tyempertyopolos está acusada de homicidio culposo y lesiones graves por el accidente que provocó la muerte de seis alumnas y dos docentes del Colegio Santa María en Zanjitas. En el inicio del segundo juicio por la tragedia pidió disculpas a las familias de las víctimas. La empresaria rompió en llanto durante su declaración y la audiencia se detuvo por algunos minutos. Recordó "como si fuera hoy" el día que enlutó a la provincia.
Por Antonella Camargo
La empresaria dijo que daría su vida por la de las criaturas. Este miércoles se leerá el veredicto que determinará su responsabilidad.
Tras casi ocho años de la tragedia de Zanjitas, este martes minutos antes de las 10 comenzó el debate oral en contra la dueña de la empresa Polo, Mabel Tyempertyopolos. Está acusada de “homicidio culposo y lesiones graves, agravado por la pluralidad de víctimas”.
El 2 de noviembre del 2011, 38 alumnas y seis docentes del Colegio Santa María realizaban un viaje solidario cuando el colectivo en el que viajaban fue embestido por un tren. Como consecuencia Salomé (11), Julieta (10), Iara (10), Paula (11) y Luz María (10) y Daira (10); y sus maestras Jésica (23 años) y María Virginia (30 años) perdieron la vida.
La sala de audiencia, en la que declararon cinco testigos, estuvo casi completa. Asistieron familiares de las víctimas fatales, de las sobrevivientes y de la imputada.
Todo lo que dijo la dueña de Polo
“Desde el miércoles 2 de noviembre del 2011 que me enteré, lo único que puedo manifestar es que siento un dolor y una angustia insostenible. No por mí, por las criaturas y las personas mayores.”, comenzó diciendo la mujer de 63 años en medio de sus lágrimas.
Dijo que nunca imaginó que “podía pasar algo así” y explicó que cuando todo pasó era "apoderada" de la empresa; que realizaba su labor “con todo el amor del mundo”, porque era su “vocación”.
“No crean que estoy victimizándome”, pidió.
Aseguró que recuerda el día de la tragedia “como si fuera hoy”, y que se enteró del accidente cuando un hombre asistió a la empresa a decirle. Planteó que desconocía el viaje y que tampoco entendía el choque porque en San Luis no circulaban los trenes.
Tyempertyopolos reconoció que es “responsable civilmente del dolor de las criaturas y de los padres” y por eso les pidió “disculpas”. Remarcó que daría su vida por salvar la de alguna de las niñas.
“El dolor que tengo y esa puntada en el pecho no es por mi patrimonio sino por los chicos, porque yo soy madre”, expresó mientras seguía llorando. A unos metros, sus hijos también lo hacían mientras se tomaban fuertemente de la mano.
En otro tramo de su relato les pidió perdón a sus familiares que la han estado acompañando: “No tengo ganas de estar en este mundo”.
“No puedo sentir que me culpen de matar a esas criaturas”, manifestó y tras su llanto desconsolado el debate se detuvo por unos minutos. Personal del Poder Judicial intentó tranquilizarla y consolarla, pero fue imposible y su médico psiquiatra optó por retirarla de la sala.
Todo el debate continuó con ella en un cuarto contiguo. Juárez planteó que fue por recomendación del profesional y su propia decisión.
El debate oral debía comenzar el 1° julio pasado, pero Tyempertyopolos estaba internada en Rio IV, tras intentar suicidarse. Aun no recibió el alta médica, pero fue la primera en llegar a la Cámara Penal N°2, junto a su abogado Marcos Juárez y un psiquiatra.
En inicio de la audiencia, el Tribunal conformado por Hugo Saá Petrino, Gustavo Miranda Folch y José Luis Flores reflexionó sobre los pedidos de recusación hacia los jueces efectuados por la anterior defensa de la empresaria, a cargo de José Samper (h).
El juicio también estuvo integrado por el fiscal de Cámara, Fernando Rodríguez. Como particulares damnificados asistieron los abogados Néstor Nobile, Daniel Gorra, José Luis Dopazo, Héctor Zavala Agüero y Jorge Sosa.
“Nuestras situaciones personales se han visto en alguna medida cuestionadas por las partes”, planteó Miranda Folch y aseguró que “un buen servicio de la Justicia” requiere “la máxima objetividad posible”.
Flores remarcó que se cumplieron “todos los pasos procesales en relación a la puesta en conocimiento de las circunstancias de tipo legal” y sostuvo la “imparcialidad” de los magistrados.
Insistió en “la puesta de la mayor capacidad personal y profesional para cumplir con mi deber constitucional de impartir Justicia”.
Después, la secretaría leyó la imputación que realizó el fiscal de Instrucción, Ernesto Lutens en la que solicitó una pena de cuatro años y ocho meses de prisión. Tyempertyopolos escuchó atentamente y fue luego de eso que decidió declarar.